Una historia cruel en un lugar de ensueño, con una fotografía propia del Paraíso y una banda sonora digna de la eternidad. Con semejantes ingredientes, no es de extrañar la hiriente belleza que desprende "La Misión" (Roland Joffé, 1986): una película capaz de abrirse camino hacia lo más recóndito de cada espectador y de permanecer allí sin que su claro recuerdo se difumine del todo con los años.
A mediados del siglo XVIII, ni siquiera los territorios más inaccesibles de la selva amazónica se ven libres del conflicto político entre Iglesia y Estado: su traspaso de Castilla a Portugal puede implicar la disolución de las misiones jesuitas allí presentes, que sirven a los indígenas de refugio contra los traficantes de esclavos. En una época de crisis para la Iglesia Católica en la que sus autoridades están dispuestas a realizar los sacrificios necesarios para preservar su poder, la pequeña misión de San Carlos planta cara a los estados de Castilla y Portugal y al propio Papado, mostrando el contraste entre la política de dicha institución y la verdadera aplicación de los preceptos cristianos.
Todo ello conforma un argumento cautivador gracias a la presencia del carismático Padre Gabriel (Jeremy Irons) y el temible mercenario Mendoza (Robert de Niro), mientras Enio Morricone, experto en componer bandas sonoras tan conocidas o más que las películas a las que pertenecen, no sólo vuelve a ganarse con su música el corazón del público, sino que permite al Padre Gabriel conquistar el de los guaraníes con la pieza "Gabriel´s Oboe". Por su parte, Chris Menges logra embelesar al total de la Academia y obtener de ella el Oscar a la Mejor Fotografía.
Son razones para comprobar por uno mismo la intensidad emocional de esta película basada en hechos reales, donde se refleja la esperanza de convivir en una sociedad solidaria, esperanza que tal vez sea vana en un mundo regido por intereses políticos que acaban destruyendo vidas humanas a las que son totalmente ajenos.
Un espectáculo cinematográfico entre cuyos posibles efectos no figura la indiferencia.
SJH.