DESPERTAR
La juventud de hoy en día no
necesita una sociedad condescendiente que ayude a cada cual a encontrar su
lugar en el mundo. No le hace falta un benévolo y estable clima político donde
desempeñar una rutina engañosamente feliz. No precisa de representantes
corruptos que se comprometan a defender sus derechos, de oráculos televisivos
que les indiquen con qué deben soñar ni de eruditos hipócritas que les señalen
el camino a seguir en la vida.
Lo que le falta es algo más
obvio; es una carencia que sólo la propia juventud puede solventar: por las
calles vaga una generación que ha perdido las riendas de su propio destino, que
ha sido zarandeada por las incesantes batallas por el poder, manipulada a
través de falsos medios informativos, adormecida con la abundancia de
comodidades capaces de echar por tierra el valor del esfuerzo.
Por suerte, esta fachada
mustia y decadente no ha logrado imponerse en el total de los jóvenes…Pero,
ante la amenaza de una vida insípida en una sociedad desorientada, necesitamos
sacar toda nuestra fuerza para corregir la situación.
Necesitamos generar y
alimentar ideas propias e impedir que nos las arrebaten. Hacer resonar nuestra
voz por encima del estruendo de quienes pretenden acallarla. Dejar atrás el
miedo a cumplir un sueño. No perder bajo ningún concepto a esos niños de ayer
que saben captar la magia de lo simple, a quienes poseen una fe ciega en sus
ilusiones y son invencibles a la hora de emocionarse. Defender el valor de lo
bello ante la obsesión enfermiza por lo útil. Luchar por que la emoción que se
siente ante la música no sea sólo la consecuencia de un corazón roto.
Nos falta ser plenamente
conscientes del suelo bajo nuestros pies y de que si no lo abandonamos para
echar a volar es porque no queremos. Liberar más a menudo toda nuestra energía,
respirar tan hondo que nuestros pulmones duelan. Pintar de un color distinto
cada día. Demostrar que estamos vivos.
Pero, sobre todo, recordar
que somos jóvenes y que el mundo es nuestro.
Por SJH
"Defender el valor de lo bello ante la obsesión enfermiza por lo útil..."
ResponderEliminarComo dice Manuel Ballester en su comentario de texto sobre El Principito: lo urgente para un sediento es beber (si no, moriría) pero lo importante es el por qué seguir viviendo...
JLJ